ANA ALONSO (PGS) LA VOZ DE MOZAMBIQUE
Me encuentro de nuevo en Mozambique desde ayer. Han sido días de tensión a partir de las manifestaciones populares del 1 de Septiembre contra el coste de la vida, insostenible para la inmensa mayoría.
En principio, buenas noticias. Cabía esperarlo y las imágenes de la movilización popular son bien claras.
No imagino algo similar en la civilizada Europa, una multitud enardecida provista de piedras y proyectiles al frente de la que circulan de espaldas al sentido de la marcha cuatro o cinco guardias sin perder la calma, fusil ametrallador en ristre cuando en la civilizada Europa, no cabe duda, la multitud habría tenido que enfrentarse con una barrera de funcionarios probablemente menos tolerante.
En mi opinión, una prueba de madurez política. Esto es África y una multitud enardecida en África no se parece nada a una multitud enardecida en cualquier otra parte del mundo.
La prensa no ha sido justa. La prensa en Mozambique, que es libre y crítica, informa sobre la decepción tras el discurso del presidente de este país, que el mismo día que estalló el conflicto reconoció las dificultades que existen, dijo que no cedería a la violencia y afirmó que la única salida va a ser el trabajo.
En mi opinión, una prueba de madurez política porque dar marcha atrás frente a la multitud enardecida por mucha razón que tenga la multitud enardecida significa dar alas a la multitud enardecida.
El presidente de Mozambique no ofreció medidas concretas, apenas, tranquilamente, apeló al trabajo y a la calma en el mismo momento en que efectivos policiales, reducidos y mal equipados efectivos policiales africanos se enfrentaban con un violento motín en el mayor presidio del país, 2.500 reclusos, motín que controlaron en pocas horas con el saldo de cero muertos.
Después, surgieron conatos de movilización en varias ciudades del país convocados por SMS y neutralizados por el mismo sistema mediante mensajes pacíficos de procedencia incierta, de ahí que al móvil se le llame ahora “nuevo sindicalista” .
Hoy lunes, la normalidad ha vuelto. Tensa calma. Nuestra embajada recomienda prudencia y hacer acopio de víveres y combustible pero en las calles de Maputo y Beira, la ciudad termómetro donde vivo, yo diría que había demasiada gente circulando con toda normalidad como si todos quisieran indicarnos que la tranquilidad es absoluta de forma que nos sumamos a esa anormal normalidad y visitamos algunos mercados, zonas muy sensibles y nos fotografiamos con vendedores informales, uno de ellos empeñado en afirmar que se puede dormir a pierna suelta exigió para demostrarlo salir “dormido” en la foto.
Madurez social, madurez política y buenas noticias que normalmente interesan menos a juzgar por el escaso eco de esta revuelta, que sigue provocando mucha tensión y menos muertos de los que cabía esperar.
Un abrazo,
Ana.
martes, 7 de septiembre de 2010
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