Nicholas Newton-Fisher y Lucy Birkett, de la Escuela de Antropología y Conservación de la Universidad de Kent, en Inglaterra, estudiaron 40 chimpancés en seis zoológicos de Estados Unidos y el Reino Unido.
Además de hamacarse repetidas veces, "los comportamientos incluían comer su propia materia fecal, golpear su cabeza contra un objeto, arrancarse el pelo, morderse y otras formas de automutilación. Si observáramos algo similar en seres humanos, diríamos que se trata de personas con problemas mentales", le dijo Newton-Fisher a BBC Mundo.
"Lo que nos sorprendió es que vimos estos comportamientos en todos los chimpancés que observamos".
"Yo he estudiado mucho a estos primates en su ambiente natural y nunca vi algo así. Hay algunos informes de chimpancés en libertad comiendo su materia fecal, pero sólo de forma muy, muy esporádica, jamás con la frecuencia que comprobamos en nuestro estudio".
Cautiverio predecible
La investigación incluyó chimpancés con una variedad de historias personales: nacidos en cautiverio o en libertad, criados por sus madres o por cuidadores. Todos viven en zoológicos con condiciones consideradas razonables.
¿Pero a qué se debe el comportamiento anormal?
"Los comportamientos incluían comer sus propias materia fecal, golpear su cabeza contra un objeto, arrancarse el pelo, morderse y otras formas de automutilación"
Nicholas Newton-Fisher, Universidad de Kent
"Ésa es la gran interrogante. Concluimos que el motivo tiene que ver con el cautiverio; su mente tiene dificultades en adaptarse a estas condiciones. Si una persona en una situación similar actuara de esa forma, diríamos que se debe al confinamiento en un ambiente rígido", dijo a BBC Mundo Newton-Fisher.
"Los chimpancés son animales inteligentes, con conciencia de sí mismos, para ellos parece ser una lucha estar en cautiverio".
En los zoológicos, la vida de los chimpancés es predecible, con una dieta controlada y una rutina manejada por seres humanos. Su ambiente natural, en cambio, es más peligroso pero al mismo tiempo infinitamente más estimulante, exigiéndoles constantemente tomar decisiones sobre dónde buscar comida o cómo escapar de los depredadores.
Es posible que, de la misma forma que los seres humanos parecen necesitar el contacto con la naturaleza para florecer, los chimpancés requieran un ambiente natural para mantenerse sanos mentalmente.
"La mente de los chimpancés evolucionó mientras estos se desplazaban en áreas extensas, explorando todo el tiempo una variedad de opciones", explica Newton-Fisher.
¿Mantenerlos en cautiverio?
"Muchos zoológicos se esfuerzan por ofrecer a los chimpancés una vida más interesante, con grupos más grandes, espacios más amplios, variando el entorno y las horas de la comida para que haya un elemento impredecible y no se aburran", prosigue el investigador.
"Los zoológicos buscan ser muchas veces un refugio para los chimpancés. El problema es que, a veces, regresarlos a su ambiente natural no es una opción, ya que sus hábitats se encuentran amenazados y ellos mismos son cazados por su carne en algunos países".
Intentar recrear condiciones naturales para un grupo de 50 o 60 chimpancés podría requerir -según Newton-Fisher- por lo menos un parque de diez kilómetros cuadrados.
El próximo paso en la investigación es distinguir si los comportamientos anormales se deben a una enfermedad mental o pueden ser acciones aprendidas en el grupo, es decir, una anormalidad cultural.
"Es crucial que sepamos más sobre cómo reacciona la mente de los chimpancés ante el cautiverio, una cuestión que tiene implicaciones tanto para la investigación científica como para el bienestar de estos animales. Y esto a su vez podría influenciar el debate sobre si los chimpancés y otras especies similares deben realmente ser mantenidos en cautiverio".
El estudio de los científicos de la Universidad de Kent fue divulgado en el sitio de publicaciones científicas en línea PLoS ONE.
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