LA VOZ DE MOZAMBIQUE
ANA ALONSO DEL PROYECTO GRAN SIMIO DESDE MOZAMBIQUE
15 de Octubre, mi cumpleaños. Alto obligado en el trabajo. Me visita mi único hijo y decidimos aterrizar en el Parque Nacional de Quirimbas, una maravilla de la naturaleza situado al Norte de Mozambique, un conjunto de islas de coral apenas descubiertas por el turismo donde la pobreza extrema convive con especies fantásticas de pájaros y peces, árboles y plantas de tierra y acuáticas en un inmenso e inexplorado manglar.
Ibo, que así se llama la isla donde fuimos a parar, es un universo que en pequeño se parece a Zanzibar, vestigios de caserones coloniales imponentes construidos en siglos pasados con acceso directo al mar, rampas que levantaron los traficantes de esclavos y conservan todavía el recuerdo inquietante y desolado del abuso de poder.
De madrugada caminamos hacia la playa del pueblo para aprovechar la marea alta y encontramos el primero de los carteles de la Agencia Española de Cooperación y Desarrollo, un proyecto que no sólo llama la atención por el hecho de que la cooperación financie obras públicas en África sino porque el plazo de ejecución abarca desde Noviembre de 2008 a Julio de 2010 y esto indica que en dos años la AECI no ha conseguido realizar ni la mitad de la obra, a menos de medio hacer el 15 de Octubre de 2010, esto es, tres meses después de la fecha establecida para su conclusión.
A partir de ahí lo que sucede es delirante. Encontramos en esta obra a nueve trabajadores mozambicanos durmiendo sobre el suelo raso apenas protegidos por escombros, sin equipos básicos ni condiciones de seguridad, estrategia conservacionista cultural no financiada que por algo la isla fue famosa por su tráfico de esclavos.
Tiago Andre, Carimo Lago, Omar Sadique, Zacarias Assane, Francisco Amade, Raul Cesar, Joni Amemo, Mario Constantino y Esteban Acario.
Decidimos compartir con ellos mi tarta de aniversario que en cuanto se posa sobre los andamios vuela con violencia en menos de una milésima de segundo, dejándonos con la boca abierta. Parte de los trabajadores se la llevaron de un manotazo antes de salir corriendo y los restantes, entristecidos, justificaron a sus compañeros explicando que residen en tierra con sus familias y trabajan en la isla, sin contratos desde hace dos años, al servicio del empresario financiado por la AECID desde el inicio del proyecto y llevan a dia de hoy tres meses sin cobrar sus salarios y cinco días sin recibir alimentos y los cooperantes, que así es como llaman a los funcionarios de la AECID, vienen alguna vez pero jamás les dirigen la palabra, por eso ayer, dia 14 de Octubre de 2010, han tenido que pasar, porque el hambre aprieta duro, por la escuadra local para denunciar su situación en la policía.
Hoy, pasados varios días, comunico telefonicamente con la delegada de la AECID en Maputo que agradece esta información y afirma tener excelentes relaciones con la alcalde de la isla, indicando que existe un procedimiento contra la empresa que recibió la contrata, sin embargo no parece que esto justifique que la cooperación española autorice y financie una obra sin preocuparse en el largo plazo de dos años sobre la ilegalidad del procedimiento y no evite, como debe, que los pobres de la tierra que trabajan directa o indirectamente para sus proyectos lo hagan en condiciones de esclavitud y de miseria.
En cuanto al apoyo financiero para este proyecto surrealista, la delegada de la AECID en Maputo nos remite a la pagina web de esta institución donde utilizando una mañana entera no conseguí localizar una sola línea sobre esta iniciativa, apenas figura un presupuesto de cuatro millones ochocientos veinte mil quinientos ochenta euros financiado por la AECID, Junta de Comunidades de Castilla la Mancha, Junta de Extremadura y Philiphs Iberica, entre otros, para fomento de infraestructuras en la provincia mozambicana de Cabo Delgado, destinándose este valor a fomento de infraestructuras, salud y servicios básicos con el objetivo general de reducir la mortandad materno infantil en la población rural.
Sin comentarios.
Pinché en “Nuestra cooperación” y la mencionada web me remite a “Cooperación por países”, de ahí a “Cooperación en Africa Subsahariana” y de ahí a “Mozambique 2005-2008” , nada de 2009 y menos de 20l0. Lamentando el lapsus entré en la caduca información y me perdí en un océano de palabras dominadas por los términos “estrategia”,” objetivos”, “niveles de prioridad” y “justificación” sin un solo, pero ni uno, indicador económico.
Puede ser que necesite un cursillo de informática pero, salvo error, me entristece , me entristece una y mil veces que al amparo de un drama como la gritante mortalidad materno infantil en Africa se realicen actividades como la descrita, por muy estratégicas que sean, en las que sospecho un fondo de corrupción pasiva y tengo que lamentar la enorme dificultad para localizar en la mencionada web los restantes proyectos vinculados a salud que, seguramente, la cooperación española pueda estar realizando en otros puntos de la provincia de Cabo Delgado, con el más que generoso valor procedente de una aportación que nos compete a todos.
No le dije a la delegada de la AECID en Maputo, Mozambique, que mi paseo por la isla de Ibo terminó, después de la evaporación de mi tarta de cumpleaños, en una bonita iglesia colonial cuya rehabilitación también ha financiado la AECID aunque la rehabilitación de iglesias coloniales no parezca estar directamente involucrada con la mortalidad materno infantil, objetivo prioritario que proclama la agencia Agencia española de Cooperación para la provincia mencionada.
Llama la atención que en este mismo lugar, isla de Ibo, además de la fallida obra del puerto la agencia de cooperación española, AECID, esté financiando la reconstrucción de una iglesia católica cuando la población de esta isla es, por abrumadora mayoría, musulmana. Supongo que será porque la agencia española ha designado para ejecutar este proyecto a la Fundación Ivo, cuyo representante en la isla se negó a recibirnos a pesar de ser, nosotros y él, españoles.
De nuevo en la red para localizar a la Fundación Ibo, resulta que cinco de sus seis patronos incluidos presidente y vicepresidente
comparten postgrado realizado en la IESE Business School que en mi ignorancia desconocía pues no se trata de una escuela de altos estudios localizada en Toronto como su nombre parece indicar, sino en la Universidad de Navarra, de forma que una acaba pensando que, tal vez, el generoso valor que nuestra cooperación destina a la salud materno infantil de la población africana y aplica, finalmente, en la reconstrucción de iglesias católicas para poblaciones musulmanas pueda tener alguna justificación si asociamos la palabra Iglesia a la Universidad de Navarra, otra no se me ocurre.
Poco aclara, o tal vez no, el hecho de que la IESE Business School se distinga, como su web indica, por sus estrechas relaciones con la comunidad empresarial internacional.
Sorprende, por último, que entre los mecenas que forman parte de la Fundación Ibo, cuyos miembros son poco dados al diálogo según he podido comprobar in situ, se encuentren, entre otros, notables brokers, personalidades vinculadas a la dirección de patrimonio del BBVA en Cataluña o al Konsac Group, iniciativa española cuyo objetivo textual según la web que presentan es "ayudar a sus clientes a incrementar valor a través de capital en las organizaciones de Recursos Humanos, RRHH".
Hay que reconocer que, estrategias aparte, la definición no tiene desperdicio.
Todo sea por la maltratada salud materno infantil en las islas perdidas de Africa.
1 comentario:
Me gustaría que entraras en mi blog y te quedaras. Desdeluego si no lo haces, yo saldré del tuyo aunque no se note mi ausencia. Un saludo.
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