PROYECTO GRAN SIMIO LANZA UNA CAMPAÑA CONTRA EL USO DE BIOCOMBUSTIBLES DANDO A CONOCER LA REALIDAD DE SU USO EN EL MUNDO
20/NOVIEMBRE/2008
La palma aceitera se cultiva para obtener aceite para las industrias del biodiésel, la alimentación y la cosmética, ocasionando una grave deforestación en las selvas de nuestro planeta.
Lo más sorprendente e indignante del uso de aceite de palma para fabricar biodiésel es que este combustible ¡ NO ! es ecológico. Hay otro gran impacto similar derivado del uso de otro biocombustible: el bioetanol, este combustible tampoco es ecológico
El proceso de obtención de estos “bio”combustibles conlleva numerosos y graves impactos ambientales y sociales, de consecuencias imprevisibles, principalmente:
Grave deforestación de los bosques tropicales, cuya desaparición es una causa fundamental del cambio climático en nuestro planeta.
Apropiaciones ilegales de suelos de indígenas y campesinos, con múltiples episodios de amenazas, torturas y asesinatos.
Pérdida de la biodiversidad animal y vegetal.
Crisis alimentaría mundial.
Una de las últimas consecuencias del cultivo de aceite de palma ha sido el asesinato (el día 14 octubre de 2008) de Walberto Hoyos Rivas, líder de una comunidad colombiana que propició una “Declaración Internacional” (suscrita también por el Proyecto Gran Simio y 247 ONGs de todo el mundo) denunciando la producción industrial del aceite de palma en los países tropicales. Esta muerte es uno de los 140 crímenes cometidos contra estas comunidades solo en Colombia.
Estos “Bio”combustibles están subvencionados por numerosos gobiernos, con el dinero de todos sus ciudadanos. En España, en concreto, el actual Plan de Energías Renovables (PER) contempla para estos combustibles estímulos fiscales de 2850 millones de euros hasta el año 2010.
Los graves impactos provocados por los biocombustibles se están produciendo gracias al apoyo económico de todos nosotros aunque, desafortunadamente, la mayor parte de los ciudadanos españoles ignoran esta realidad. Por tanto, el Proyecto Gran Simio deja claro que cada vez que introducimos un “bio”combustible en el depósito del coche no estamos contribuyendo a la defensa del planeta, sino que estamos destruyendo sus selvas, sus recursos alimenticios y estamos propiciando el asesinato de campesinos e indígenas, ocasionando además otros muchos impactos.
El impacto medioambiental de los Biocombustibles es tan grave que están pasando a denominarse AGROCOMBUSTIBLES. Esta realidad es ya tan evidente que, en julio de 2008, el Parlamento Europeo ha aprobado reducir el uso de agrocombustibles, de un 10 a un 4 %, debido al impacto que causan en la crisis alimentaría mundial, la biodiversidad y por su escasa aportación a la lucha contra el cambio climático. No obstante, si tenemos en cuenta dichos impactos, no debería hablarse de la reducción sino de la total prohibición de su utilización. Además, incomprensiblemente esta reducción aprobada en Europa está prevista que entre en vigor a partir del año 2015.
“En octubre de 2008 la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación (FAO) ha pedido la revisión urgente de las políticas y subvenciones de los biocombustibles, para mantener la seguridad alimentaría mundial, proteger a los campesinos y asegurar la sostenibilidad ambiental. Por éstas y otras muchas circunstancias, es el momento de exigir al gobierno español y a la unión europea que cesen las ayudas a los agrocombustibles y que se prohíba su comercialización. Su uso se esta convirtiendo en un verdadero crimen contra la humanidad”, ha declarado Pedro Pozas Terrados, Director Ejecutivo del Proyecto Gran Simio (GAP/PGS-España).
La investigación sobre energías alternativas, según esta Asociación, es una obligación que debe corresponder a los Gobiernos y no a las empresas, y más en concreto a las petroleras. Las compañías petroleras tienen demasiados intereses económicos, pocos intereses sociales y forman un lobby excesivamente poderoso e influyente. La existencia de este tipo de lobbies puede acarrear consecuencias nefastas para el equilibrio económico y ecológico del planeta. Esto se puede constatar fácilmente viendo la actual crisis económica, provocada principalmente por los lobbies petrolero y financiero, con la permisividad de los Gobiernos.
En España, la Comisión Nacional de Energía (CNE), del Ministerio de Industria, debería tener como principal finalidad la de supervisar y apoyar intensamente las investigaciones sobre energías alternativas que se realicen en territorio español y en otros países con los que así se acordase. En cambio, entre los fines principales de la CNE no se encuentra la investigación sobre nuevas energías. En la estructura de este organismo existen 9 Direcciones y 24 Subdirecciones y ninguna de ellas está dedicada a las energías alternativas o renovables. Asimismo sólo existen dos Consejos Consultivos: el de la Electricidad y el de los Hidrocarburos.
Ante la actual situación energética y medioambiental, es prioritario que la comisión nacional de la energía tenga, al menos, una subdirección y un consejo consultivo dedicados a la investigación y apoyo de las energías alternativas, planteamiento éste que bien podría incluirse en la Ley de Energías Renovables que el Gobierno Español planea aprobar en la presente legislatura.
Más información en:
http://www.proyectogransimio.org/biocombustibles/biocombustibles.html
PROYECTO GRAN SIMIO - PRENSA
FIN DE COMUNICADO.
Pedro Pozas Terrados
Director Ejecutivo
Proyecto Gran Simio (GAP/PGS-España)
www.proyectogransimio.org
nautilusmar@yahoo.es
Teléfono: 678 708 832
viernes, 28 de noviembre de 2008
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